Liétor

Colgado sobre la hoz del rio Mundo, Liétor nos impresiona con sus cimientos excavados en la roca y las casas asomadas sobre el río. La roca sorbe el pueblo hacia sus entrañas y éste la peina y la decora como un tocado urbano. La antigua muralla existía, otrora, sólo por la parte opuesta al río, ya que el acantilado y el río Mundo eran, por la otra, defensa y foso natural.

Tres son los monumentos inexcusables en nuestra visita a Liétor: La parroquia de Santiago Apóstol, un templo sobrio de contenido barroco con miras ya al neoclasicismo; a destacar el retablo barroco de la capilla del Espino y la cúpula que la cubre. El antiguo convento de frailes carmelitas de San Juan de la Cruz, con su ineludible claustro de decoración pintada. Y la ermita de Belén, declarada Monumento Histórico Artístico, cuyos murales de línea ingenua y colorista están considerados la mejor colección de pintura popular del siglo XVIII a nivel nacional.

Entre las obras civiles o industriales, destaca la casa de Rodríguez de Escobar que muestra una portada con columnas toscanas y un frontón triangular, el molino harinero está abierto a las visitas y la fuente, frente al ayuntamiento, decorada de azulejería nos invita al descanso y al refrigerio.

La fecha exacta de la conquista castellana de Liétor se fijó el día 5 de julio de 1243, ya que ese día, el infante don Alfonso, futuro Rey Alfonso X, el Sabio, confirma un privilegio del año anterior, dado por su padre el rey Fernando III, el Santo, donando Segura con todos sus términos a la Orden de Santiago, en dicho documento es cuando por primera vez, jurídicamente, aparece citado el nombre de Liétor.

Liétor fue frontera permanente entre los reinos de Murcia y Toledo, lo que influyó decisivamente en las modalidades de su doblamiento y del hábitat. Si la frontera con Granada obstaculizó el desarrollo global de la villa durante los siglos XIV y XV, sin duda fue esta otra frontera con Toledo la que marcó profundamente su desarrollo histórico durante el siglo XIII.

Cuando las tropas castellanas conquistaron Alcaraz y Riópar en 1213, la frontera entre Castilla y el reino musulmán de Murcia quedó establecida en las sierras del Segura, siendo las fortalezas de Híjar y de Liétor las que mantuvieron las defensas islámicas por el cauce del río Mundo frente a las tropas alcaraceñas. Durante treinta años, estos enclaves fronterizos contuvieron el avance castellano y la política expansiva del potente concejo alcaraceño sobre la comarca. Al final, su conquista no se realizó desde territorio alcaraceño sino que tropas santiaguistas penetraron desde la meseta hasta el mismo corazón de la sierra de Segura en abierta rivalidad con Alcaraz y consiguieron arrebatarle los términos de estos castillos.

Liétor es un encantador pueblito de la provincia de Albacete situado sobre el valle del río Mundo en la Sierra del Segura, a unos 60 kilómetros al sur de la capital. Además, ¡fue nombrado El Pueblo más bonito de Castilla-La Mancha 2017! Habitado desde la Prehistoria, cobró gran importancia tras la conquista cristiana, cuando pasó a manos de la Orden de Santiago. Para conocer sus principales atractivos es necesario concertar visita guiada en la oficina de turismo de la plaza Mayor, todos los sábados, domingos y festivos a las 11:00; su precio es de 2 euros por persona.

Plaza Mayor: Destaca la preciosa fuente del Pilar, situada bajo una casa con dos balcones de madera. Tiene tres caños y abrevadero, y resaltan sus coloridos azulejos de Manises, que representan diversas escenas del Quijote.

Ermita de Nuestra Señora de Belén: Declarada Monumento Histórico Artístico en 1976. Normalmente está cerrada, por lo que solamente se puede ver su interior con la visita guiada y realmente merece la pena. Su exterior es sencillo, del siglo XVI, pero por dentro todas las paredes y el techo están decorados con pinturas de vivos colores realizadas por un autor anónimo, que datan del siglo XVIII y son la mejor muestra de pintura popular al fresco de esa época en España. Es impresionante.

Convento de San Juan de la Cruz: Antiguo convento de frailes Carmelitas Descalzos declarado Bien de Interés Cultural en 1981. Actualmente es el santuario de Nuestra Señora del Carmen, patrona de Liétor, obra de Francisco Salzillo.
Este convento guarda un secreto: su cripta, cuya entrada está oculta bajo una alfombra a los pies del altar mayor y en cuyo interior se conservan los cuerpos momificados de forma natural de más de 15 frailes y otros habitantes de la villa, como una mujer que falleció al dar a luz y su bebé que murió a los pocos meses.

Casa señoriales: Paseando por las calles el pueblo, podemos ver diversas casas, como la de Rodríguez de Escobar, con portada con columnas toscanas y un frontón triangular, la de los Belmonte o la de los Tovarra; de esta última pudimos ver su bonito patio interior, típico manchego.

Miradores: Existen 3 miradores en el barrio morisco, dos de ellos en la calle Portillo, que dan al río Mundo. El más llamativo es el de Pilancón, que tiene una escalera metálica que lleva hasta la cueva del mismo nombre.

Lavadero El Ramblón: Situado al lado del convento de San Juan de la Cruz, se trata de un antiguo lavadero de 1950 que ha sido restaurado y actualmente se utiliza como sala de exposiciones. Aun así, es muy interesante ver las muchísimas pilas en las que se lavaba la ropa hasta finales de los 80 en las aguas del arroyo que cruza el pueblo.

FIESTA PATRONAL el 16 de julio en honor a la Virgen del Carmen

FIESTAS DE AGOSTO entre los días 23 y 26 de agosto (ambos incluidos) de las que podemos destacar los encierros tradicionales de reses bravas.

ROMERÍA DE SANTA BÁRBARA. Se celebra el día 1 de Mayo. Los leturarios se trasladan en romería a la bella ermita de Santa Bárbara, en un paraje natural de indiscutible belleza.

MISAS DE NAVIDAD EN LA ERMITA DE BELÉN. Se celebran los días 26 y 27 de diciembre a las 12.00 h.

SEMANA SANTA. Destacan, por su imaginería de gran belleza, las procesiones que recorren las calles de la localidad. Se celebran los días de Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección.

LOS CASTILLICOS. La noche del 12 de diciembre los lugareños encienden «Los Castillicos», unas hogueras en las calles de Liétor anunciando el día de Santa Lucía.